El Camino Medicina es un compromiso de vida, para aquellos que se han graduado de la Escuela de Sabiduría Indígena. Es una aventura contínua de aprendizaje en la profundización del misticismo y de prácticas de sanación, enfocadas en nuestro camino individual a la liberación.
El procesos aceptar nuestra vida como la enseñanza suprema y nuestra esencia pura como el maestro supremo.

La motivación... la liberación del sufrimiento, el desapego a los estados de aflicción tanto de deseo como de aberración.

La acción... una disciplina constante a encontrar nuestro centro y ecuanimidad en la vacuidad.
 
La consecuencia... un guerrero que conociendo el juego de la vida y habiendo desarrollado su autodisciplina, se atreve a jugar con consciencia en lugar de ser jugado por la ignorancia.​

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Los estudios y prácticas de sabiduría indígena varían de cultura a cultura en su forma y color pero el pensamiento y filosofía central de esta sabiduría es un común denominador. 

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La sabiduría de nuestros abuelos y abuelas así como de nuestras comunidades indígenas actuales, está basada en los fundamentales del universo que nos rodea.  A través de observar y mantenernos en un estado de unidad con su universo los sabios y maestros en esta Tierra son capaces de trascender la realidad relativa de lo material y adentrarse al mundo más allá de nuestra humanidad, al mundo del espíritu. 

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Desde la perspectiva indígena el espíritu no es una persona, una cosa o una entidad que resida en algún lugar en específico, el espíritu es aquello que hace posible la creación. En las culturas de Asia le llaman “ser puro”, en ciencia occidental le llaman “campo cuántico”, en la espiritualidad popular "energía", en alquimia "mente", en psicología transpersonal "consciencia".

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​La fuerza creadora que expira los universos a su existencia es la misma fuerza creadora del ser humano.  Toda la creación es una extensión de la misma consciencia.  El despertar de un chamán o de una persona medicina es el despertar a esa realidad, no en conocimiento o entendimiento, sino en experiencia de vida.  El camino de un ser medicina es el camino a la iluminación, el camino a la libertad del ser.  ​

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La realidad de la consciencia creadora no se puede comprender con la mente, si no se sabe con el corazón.



Hoy en día se ha hecho popular ser sanador, chamán y maestro de las artes de sanación, en la mayoría de los casos sin entender a profundidad lo que significa.

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Lo que despierta al sanador interno, es el haber encontrado la manera de sanarnos a nosotros mismos.  Sólo podemos ayudar en la forma en la que nos ayudamos a nosotros mismos.  Si no aprendemos a tomar responsabilidad por nuestra vida y a desenredar nuestro pasado para crear un presente de armonía, entonces ¿cómo podemos servir de guía a otras almas?, si yo estoy perdido ¿cómo puedo ayudar a otros a cruzar el camino?.



El camino de ser un ser medicina, es el aceptarse a uno mismo como el maestro y encontrar la unidad con el espíritu en experiencia.  Es un camino de aprender a confiar en su totalidad en sí mismo y en los fundamentales que mueven el universo, es una experiencia de comunión con la fuerza creadora del universo.



Las prácticas de sanación que aprende una persona medicina están enfocadas en la confianza interna que la persona desarrolla en sus propias capacidades.  Cada ser es único y cada ser tiene algo único que aportar al mundo en cuestión de sanación.  Este es un proceso de desenvoltura del ser puro en donde aprenderemos a navegar los fundamentales energéticos y de movimiento de la fuerza vital para canalizarlo a través del amor por nuestros sentidos.

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Este proceso es de un año en el primer nivel, dándonos todos los fundamentales de alquimia y sabiduría indígena interconectados con psicología transpersonal y ciencia cuántica.  Aprendemos a alinearos con la armonía interna a base de afinar nuestro ser en todos sus aspectos, intelectual, físico y emocional.  Es un viaje personal y que te llevará tan profundo como tu elijas abrirte a ti mismo.